La Guía de Buenas Prácticas Educativas de Ashoka orienta a líderes educativos a implementar la empatía y agencia de cambio en el aula. Dos docentes certificados por Fundación Share comparten sus historias de trascendencia en la educación. Conoce sus experiencias.
Ashoka, la organización internacional reconocida por impulsar el emprendimiento social y la agencia de cambio, y Fundación MetLife elaboraron la Guía de Buenas Prácticas Educativas con el objetivo de compartir herramientas para integrar nuevas formas de enseñanza. A través de ocho modelos, con metodologías y dinámicas replicables, brindan acceso a actividades que desarrollan habilidades transformadoras e ideas innovadoras.
La creación de esta guía surge debido a la necesidad de generar espacios para que docentes y estudiantes fortalezcan la confianza en su propio liderazgo y se activen como agentes de cambio. De esta manera, a partir de la educación formal y no formal, las personas serán capaces de propiciar un impacto positivo en sus comunidades desde distintos contextos.
Dentro del despliegue de modelos educativos inspiradores se encuentra Fundación Share, la cual incentiva a abrazar la diversidad y fomentar el liderazgo incluyente. La organización se encarga de acercar a distintos grupos bajo las condiciones ideales con el propósito de transformar creencias y motivar un apoyo mutuo de forma simétrica. Consideran que al cultivar sociedades empáticas, solidarias y colaborativas se logran relaciones sanas que conducen a la inclusión y donde se combate todo tipo de discriminación. Por tanto, ponen a la disposición de educadores ejercicios a incorporar en sus clases para practicar la empatía e inclusión.
Con esta premisa, Fundación Share detecta la oportunidad de contrarrestar la discriminación desde la educación. Mediante herramientas probadas, con acompañamiento para docentes y vínculos de apoyo mutuo, se consolida una formación de liderazgo incluyente. Por ello, emite una Certificación en Liderazgo Incluyente (con vigencia de un año) de transferencia metodológica, asesoría y mentoría en la práctica, así como reforzamiento de conocimientos para crear actividades de aprendizaje experiencial. La certificación también busca apoyar a maestros en la incorporación de contenidos curriculares sobre igualdad de género desde una perspectiva interseccional.
La primera generación en recibir la certificación en 2021 se conformó de 69 escuelas de los diferentes subsistemas (bachillerato general, bachillerato tecnológico y telebachillerato comunitario), quienes posterior a su certificación, fueron invitados a co-diseñar el programa en un bootcamp con miembros de la Red de Educación Incluyente de Fundación Share. De forma que, en julio de 2022 con este re-diseño se inicia una segunda generación con 422 escuelas de educación media superior.
Para conocer la trascendencia de estas certificaciones y la implementación de la docencia con agencia de cambio, se entrevistó a dos profesores del Estado de México que son participantes del programa de Fundación Share: Jatziri Hilaria Jove Mendoza del Telebachillerato Comunitario número 275 en Villa de Allende y Emmanuel Ulage Reyes del Telebachillerato Comunitario número 338 en Chapa de Mota. Ambos coinciden en que lo que más disfrutan de ser docentes es aprender y compartir conocimiento con otras personas a quienes ven evolucionar en su pensamiento y aspiraciones, a lo largo de los cursos que imparten.
La maestra Jatziri fue parte de la primera generación de la certificación. Explica que, en ocasiones, aunque es complejo incorporar más peso a la carga de trabajo y el tiempo invertido en aprender nuevos conceptos y estrategias, tener ese valor añadido vale la pena. Después de las lecciones a través de la pantalla, para ella en el campamento presencial todo tomó forma: revolucionó su idea de ser un individuo más que sirve al sistema educativo, a verse como una persona cuyos ideales y pensamientos son escuchados y valorados.
Para el docente Emmanuel el programa marcó una pauta distinta de aprendizaje a la que el personal de instituciones educativas está acostumbrado. Los dos afirman haber experimentado una transformación en su actitud, al ser más proactiva para renovarse y también con mayor responsabilidad socioemocional al entender a sus estudiantes y la forma en que se dirigen a ellos.
De acuerdo con el profesor Emmanuel, ser un maestro agente de cambio significa tener la capacidad de comprender la diversidad e instaurar estrategias para mejorar la forma en que se transmite el conocimiento. Mientras tanto, la docente Jatziri asegura que al invertir tiempo y esfuerzo, así como estar presente en el rol de profesora, tiene un alcance mayor al ayudar a que los estudiantes continúen con su formación académica.
“En telebachillerato comunitario te vuelves un agente de cambio, quieras o no quieras. Vivimos, algunos de nosotros, ya en estas comunidades indígenas donde damos clases, entonces te vuelves parte también del entorno, lo logras comprender un poco más. Y el que solo seamos tres docentes en la escuela, te hace involucrarte más con ellos, conocer más sobre sus historias. No solamente viéndolos como un número o una estadística, sino conocer a fondo sus historias y el que tú conozcas sus historias le permite a ese alumno o a esa alumna saber que se ha escuchado y entonces que continúe sus estudios”, señala.Estos expertos consideran que tres valores con los que debe contar un docente que desea dejar huella son: la empatía, la escucha activa y ser flexibles ante el cambio. De este modo los maestros tendrán una mejor capacidad de análisis, resolución de problemas y serán mejores comunicadores. Sin embargo, lo más importante es que a medida que tengan mayor disposición a buscar nuevos instrumentos y modelos de aprendizaje adaptados a lo que funciona para sus alumnos, lograrán aprender a educar de la manera más efectiva y pulir sus técnicas de enseñanza.
“El vínculo entre docentes y sus estudiantes es fundamental para el desarrollo del aprendizaje. La conexión con los alumnos debe ejercer un cambio en la vida de ellos y de su trabajo académico”, expresa el maestro Emmanuel. La profesora indica que entre más experiencias e información se tenga, mayores serán las oportunidades que se presentarán para el camino personal y profesional de cada alumno. Sobre todo, enfatiza que mientras las personas recuerden que primero deben enfocarse en ellas mismas el aprendizaje avanzará continuamente.
A pesar de que la labor de los docentes ya es lo suficientemente ardua, su papel en ayudar a su alumnado a gestionar y conocer sus emociones es crucial. La maestra Jatziri describe que en muchas ocasiones el profesor es para los estudiantes el referente más cercano a un profesionista y una persona centrada con aptitudes determinadas. Por ende, los docentes son un ejemplo que tiene una influencia en su perspectiva y su vida.
Ante este panorama, el profesor Emmanuel comparte que los esfuerzos deben dirigirse a otorgar el debido acompañamiento y las mejores herramientas al personal docente, por parte de las instancias gubernamentales. De esta manera, los maestros favorecerán los ambientes de aprendizaje y la atención prioritaria a estudiantes con rezago educativo. También destaca que desarrollar la asertividad, resiliencia, trabajo en equipo, negociación y mediación, la tolerancia a la frustración y perseverancia en profesores, alumnos y madres y padres de familia o tutores, son indispensables para progresar en la calidad educativa.
Incluso, la docente Jatziri sugiere que se requiere una mayor participación de las mujeres dentro de sus comunidades, contar con una presencia firme y transformar su liderazgo en distintos ámbitos de la sociedad, como las disciplinas STEM (por sus siglas en inglés, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Con el fin de tener una sociedad equitativa.
El docente Emmanuel menciona: “Los cambios son paulatinos, pero teniendo la visión clara de fomentar un ambiente positivo y mediante la colaboración podemos promover el crecimiento y sobre todo el aprendizaje. Sin lugar a duda, desde nuestro lugar se puede plantar la semilla del cambio en las mentes de nuestros alumnos para ir creando ese lugar en el que las diversidades converjan sin prejuicios”.
Recomendaciones para docentes agentes de cambio
Ambos profesionales emitieron una serie de consejos para invitar a implementar buenas prácticas educativas en el aula.
De acuerdo con Jatziri Hilaria Jove Mendoza:
“Algo que entendí es que para poder implementar buenas prácticas con los demás, o en este caso en educación, primero tienes que aplicar dichas buenas prácticas contigo, intentar ver cómo puedes crecer como individuo”.La maestra indica que si los profesionales no están bien con ellos mismos, no lograrán dar un acompañamiento adecuado, ni brindar el conocimiento requerido para distintas asignaturas y campos disciplinares. A medida que estén equilibrados en todos sus ámbitos, tendrán una salud mental ideal en el trabajo que por ende los guiará a una salud física satisfactoria, lo cual contribuirá a tomar mejores decisiones.
Además, sugiere que si los docentes quieren tener un aprendizaje a lo largo de la vida el prepararse no debe visualizarse como obligación, sino como una oportunidad para ampliar la perspectiva sobre el mismo entorno. Mientras se le dé importancia a escuchar a los demás y verles como personas dignas de admiración y respeto, la motivación para crecer aumentará.
Una estrategia relevante que toma en cuenta la profesora Jatziri, es el hecho de crear comunidades pequeñas de aprendizaje. Aunque a veces esto es casi imposible debido a la densidad demográfica, se ha observado que a las personas que desean superarse y se les brinda la necesaria atención y enfoque, logran completar su formación exitosamente.
Igualmente, establece que es necesario entender las diferencias y cambios entre generaciones: sus gustos, apertura y forma de ver la vida son distintos entre sí, y algunas generaciones pueden ser más retadoras con respecto al conocimiento. No obstante, la experiencia de los docentes también evoluciona y permite abordar mejor ciertas situaciones.
Por otra parte, para Emmanuel Ulage Reyes:
Es importante compartir el entusiasmo por la educación para propagar la convicción de que cada maestro tiene la posibilidad de generar un cambio significativo. Así, paralelamente pueden crearse redes de apoyo con educadores que intercambien ideas, colaboren, aprendan y busquen soluciones de manera conjunta.
Adicionalmente, propone a los docentes ser un ejemplo a seguir al implementar buenas prácticas educativas en la labor diaria y compartir la evidencia concreta que puede servir de inspiración. Esto puede suceder al comunicar los beneficios de estas prácticas de forma clara como la mejora del rendimiento académico o fomentar un ambiente de aprendizaje positivo.
El docente Emmanuel invita a organizar sesiones de capacitación, con talleres para compartir las herramientas y recursos que utilicen y les hayan funcionado. Las sesiones deberán ser interactivas y participativas con el fin de estimular el flujo de ideas y alentar la colaboración.
Cada docente tiene su propio ritmo y estilo de trabajo, sin embargo existen soluciones tecnológicas disponibles para difundir las buenas prácticas educativas, como plataformas, blogs y páginas web. Lo que dará pie a un espacio de discusión en línea.
Fundación Share continuará participando con más de 600 bachilleratos en el Estado de México, en su mayoría telebachilleratos comunitarios, lo que se traduce en un impacto en más de 300,000 estudiantes en este ciclo escolar.
Puedes iniciar tu registro para capacitarte con Fundación Share en el siguiente enlace, o encontrar algunas de sus actividades para vivir la empatía haciendo clic aquí. Ashoka desde su Comunidad Colíder de Niñez y Juventud, en conjunto con la Fundación MetLife, invitan a acceder a la Guía de Buenas Prácticas Educativas para descubrir más sobre estas instituciones, así como los modelos y herramientas que la componen.
¡Súmate a una visión transformadora desde la empatía y la agencia de cambio!
