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Consejos para adaptarte al primer semestre de la universidad


Comenzar la universidad no es una transición tan sencilla, pero no te preocupes, con estos consejos lo lograrás.

El semestre acaba de iniciar y con ello más de 4 millones de estudiantes regresan a las aulas de nivel superior. Se estima que al menos más de 1 millón de ellos son de nuevo ingreso en las diferentes instituciones, tanto públicas como privadas, de México.

Es decir, más de un millón de estudiantes están experimentando por primera vez la tan ansiada vida universitaria. Las fiestas, libertad, nuevos amigos y, por supuesto, todas las nuevas experiencias que ocurren en las películas… ¿o no?


El comienzo de la vida universitaria suele marcar uno de los hitos más importantes para aquellos que tienen acceso a la educación superior. Además, frecuentemente viene acompañada de otros acontecimientos de relevancia: la mayoría de edad y la vida independiente. Es por eso que entrar a la universidad no solo se destaca por una transición académica sino por los cambios sociales, personales y económicos que la atraviesan. Los cuales dificultan el proceso de adaptación y puede traer consigo diferentes obstáculos para el estudiante.


Los retos de la vida universitaria

Una encuesta de CollegeData, realizada a más de 300 estudiantes universitarios que finalizaban su primer año, analizó las diferentes dificultades a las que se enfrentaron al ingresar a la universidad. En dicho estudio se destacó principalmente el ámbito académico, aspecto en el que los estudiantes encuestados no se sintieron preparados.

Y es que, debemos aceptarlo, no es lo mismo estudiar para un examen de la preparatoria que para uno a nivel universitario. Poner atención en clases y estudiar una noche antes no traerá los mismos resultados, lo cual muchas veces se traduce en fallar exámenes y recibir malas calificaciones. Gabriela Thorne explica que, al llegar a Harvard, muchos estudiantes prefieren no pedir ayuda, puesto que todos se consideran a sí mismos estudiantes de excelencia y no creen necesitarla, pero la realidad es muy diferente: todos necesitan esforzarse más de lo que lo hacían antes, asimismo, asegura que se debe perder el miedo y aceptar que no todo serán dieces.


La universidad será, para muchas personas, el primer momento para aceptar que ya no serán el estudiante más destacado de la clase. Esta competencia entre compañeros puede llegar a ser frustrante y tener un efecto más profundo en el autoestima de los universitarios, misma que afecta su rendimiento académico.


Por otro lado, González Ceballos explica en su texto La transición del estudiante universitario, que cada nivel de educación formal «plantea retos en el proceso de aprendizaje, así como en las habilidades o competencias por desarrollar, los intereses o metas específicas, entre otros». Por lo cual el ingreso al nivel superior requiere de habilidades de adaptación para poder sobrellevar los desafíos relacionados con el ingreso a un nuevo espacio.


Aunados a todos estos factores académicos, también se encuentran los económicos y sociales. En cuanto a los factores sociales, podemos decir que conocer nuevas personas es difícil para nosotros los introvertidos; sin embargo, después de la pandemia la forma en la que nos relacionamos cambió por completo, principalmente en aquellos que vivieron este acontecimiento durante la adolescencia, los cuales presentan tendencias ansiosas y depresivas.


Hacer amigos en la universidad puede ser difícil, mantenerlos lo es aún más. Sobre todo considerando que los recreos ya no son parte de esta etapa y es probable que sea imposible coincidir en clases y horas libres para convivir con otros compañeros.

Por otro lado, para muchos de los nuevos estudiantes, la única forma de tener acceso a una educación superior de calidad implica dejar sus lugares de origen. Cerca del 16 % de los estudiantes que inician su vida universitaria son considerados foráneos. Es decir, además de enfrentarse a grandes cambios académicos, tendrán que lidiar con aspectos por los cuáles posiblemente no habían tenido que preocuparse hasta entonces: su alimentación, la limpieza del espacio, lavar su ropa y, principalmente, organizarse financieramente y asegurarse de no quedarse sin dinero antes de que acabe el mes. Sumado a esto, dichos estudiantes tendrán que lidiar con la soledad, al encontrarse lejos de su familia en un lugar nuevo y desconocido.

Ser un estudiante universitario no es tan fácil, ¿cierto?


Consejos para adaptarte a la vida universitaria

Aunque el panorama se vea desalentador y más turbio que brillante, la universidad puede ser una de las mejores etapas estudiantiles. Sobre todo considerando que, para la mayoría, será el último año de su vida en el cual podrán disfrutar de casi tres meses de vacaciones.

Es importante contar con las herramientas adecuadas para poder desarrollar las habilidades que nos permitirán salir adelante y con éxito durante esta fase.

  • Encuentra tu estrategia de estudio: como se mencionó anteriormente, estudiar una noche antes no asegura los mejores resultados. Encontrar la estrategia de estudio que mejor te funcione, puede ahorrarte muchos dolores de cabeza. A lo largo de tu formación académica, puede ser que hayas notado que hay recursos que te ayudan más que otros; busca el adecuado para tu tipo de aprendizaje y enfoca tu trabajo, tanto en el aula como fuera de ella, a ese estilo.

  • Cuida tu bienestar físico y mental: comer bien, dormir bien y acudir a un experto si es necesario será beneficioso para tu salud. Muchas universidades otorgan becas alimenticias y acompañamiento psicológico a sus estudiantes, acércate a tu institución y pregunta de qué manera pueden ayudarte. La depresión, ansiedad y el síndrome del impostor son cosa seria, no permitas que dominen tu vida.

  • Aprende a manejar tus tiempos: dejar las sesiones de estudio únicamente para los días cercanos al examen no será útil para tus resultados ni para tu salud. El descanso es primordial, pero solo podrás hacerlo si aprendes a establecer tiempos y priorizar actividades. Muy probablemente no puedas ir al gimnasio, salir con tus amigos, comer sano, hacer tarea y estudiar en un mismo día, pero para todo hay tiempo si lo sabes acomodar y si te permites reconocer lo que necesitas.

  • Crea un presupuesto de gastos: si eres foráneo y tienes un presupuesto predeterminado, el dinero será uno de tus principales problemas al inicio. Es importante que destines una parte a los gastos recurrentes y necesidades básicas (la renta, los servicios, la comida) y no gastes todo ese dinero en actividades de ocio.

  • Aprende a decir no: relacionado con los dos puntos anteriores, la presión social puede ser poderosa, pero no es recomendable saltarse una sesión de estudio antes del examen ni acabarse los últimos 200 pesos de la quincena. Marcar límites es una habilidad que te será útil toda la vida.

  • Crea comunidad: una de las cosas que más extraño de la ciudad donde estudié la universidad es a mis amigos, si bien tardé más de dos años en encontrar un grupo donde me sintiera querida, aceptada y respetada, cuando lo encontré pude por fin llamarlo hogar. La universidad puede ser un lugar hostil, pero intenta no olvidar las relaciones humanas, hacer amigos, procurarlos y que nos procuren. Es posible que sea ahí donde conozcas a los amigos que te acompañarán toda la vida.

En definitiva, estas sugerencias no lo son todo, pero no olvides que algunas de ellas, como una buena organización y saber marcar límites, así como crear conexiones humanas, son esenciales para desarrollarse en el ámbito académico y personal. La universidad es la etapa perfecta para prepararte en tu inserción al mundo laboral.

El semestre apenas comienza, no olvides que la vida no es como en las películas. Todos los cambios son díficiles, pero organizándote adecuadamente y creando una red de apoyo, todo será más sencillo. Tú puedes.


A los profesores

Como agentes de cambio, a los docentes les corresponde entender la complejidad de dicho proceso. Acompañar y ayudar a los estudiantes a reconocer que cometer errores en la universidad no está mal. Cada año más de 300 mil estudiantes desertan sus estudios superiores y, aunque los factores son diversos y no recaen plenamente en el docente o la universidad, es importante crear un lugar seguro y enseñar e inspirar a través del conocimiento. El mundo puede ser un lugar agresivo y difícil, pero los maestros, además de amortiguarlo, pueden otorgar herramientas para poder enfrentarlo. Está en los profesores hacer del aula un lugar seguro.

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